“Antes,
una estatuilla del siglo IV era una pieza invalorable
una estatuilla del siglo IV era una pieza invalorable
para todos los museos, todos los bancos
Las tenían todas guardadas porque valen una bola de mosca
Y qué era ?
Era un jarrón !
No servía para nada
Estaba en el Louvre
Desapareció el Louvre, desapareció todo
Explotaron las bombas, no quedó nada
Luis Alberto Spinetta
Improvisación al interpretar “Yo quiero ver un tren”
La cita (obviamente extradisciplinar) tiene como marco una canción en la que su autor, situado en el futuro en un hipotético planeta desolado y destruido por las bombas (“la neutrónica ya explotó y muy pocos pudimos zafar / ahora el mundo no tiene ni agua”), solo quiere “ver un tren”, expresando así poéticamente la pérdida de todo lo cotidiano. Eso que encierra un significado y un sentido no descubierto ni valorado hasta el momento en que se lo pierde
Dentro del escenario de la arquitectura rosarina los conjuntos Parque Field, Barrio Rucci y Parque Field 2, proyectados y construidos por Field Argentina SA entrre 1962 y 1980, son seguramente actores de reparto. Conjuntos de viviendas repetitivas y a gran escala como existen tantos en la ciudad (ubicados en su periferia en su amplísima mayoría) que, siendo operaciones muy distintas entre sí, sin embargo una lectura no muy exhaustiva nos revela que priman en todas ellas diversas variables (de costos, comercialización, inmobiliarias, constructivas, etc) por encima de búsquedas formales o espaciales que tengan que ver con la “alta arquitectura”, si vale la expresión. O sea que cualquiera de ellos, desde una visión que privilegie la calidad de los proyectos edilicios o urbanos, podría ser considerado “un jarrón” que “no servía para nada”
Creo que rescatar estas obras y construir a partir de ellas una historia no es un gesto nostálgico, nireivindicador de ningún tipo de causa o de postura arquitectónica. Si tiene que ver con entender que dichas obras tienen una estrechísima relación con el contexto de tiempo y lugar en el que fueron construidas y que, por lo tanto, nos permiten desandar las lógicas formales y extraformales que hay en ellas, establecer relaciones entre ellas mismas y otras obras de Rosario y reflexionar críticamente sobre los proyectos de vivienda, de ciudad y de país que representan. Tareas que son el objetivo de este blog y que, lógicamente, quedan abiertas al juicio y al aporte enriquecedor de las miradas de los lectores
Esta historia, si se quiere, no es una “gran historia”. Pero es una de las tantas posibles, desde miciudad y su arquitectura. Original, interesante, jugosa y auténticamente rosarina. Y entiendo que, en ese sentido, merece ser construida
(Y luego, obviamente, contada)