El objetivo de este blog es mostrar una serie de estudios, reflexiones e interpretaciones respecto a un caso sumamente específico de la evolución urbana y edilicia de la ciudad de Rosario: la intervención arquitectónica de la empresa Field Argentina y su sucesora Field Construcciones en la zona noroeste de dicha ciudad plasmada en tres conjuntos de vivienda construidos entre 1962 y 1980 (Parque Field, Barrio Rucci, Parque Field 2). Y, tal como dice su título, es mi intención plantear al menos como hipótesis las múltiples y complejas relaciones que se producen entre las diversas escalas que atañen a dichos conjuntos, desde el más elemental hecho constructivo hasta los trascendentales sucesos acaecidos en esas décadas tan significativas para nuestro país y el mundo todo

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sábado, 26 de mayo de 2012

10/ Se cortó la cadena


"El hilo se corta por lo más delgado” es un refrán popular que alude a una verdad incontrastable de la física, al menos frente a la condición de que uno traccione al mencionado hilo tomándolo de sus extremos. Pero en nuestro caso, la paralización de la construcción de las viviendas de Parque Field allá por 1968, no constituye un hecho tan fácilmente interpretable: se trata de la ruptura de una cadena de comercialización y producción que funcionó por tres años a ritmo sostenido y que presenta varios posibles “lados flacos” desde donde entenderla. Más aún considerando que justo en ese año todavía promocionaba la venta de las viviendas en La Capital, por lejos el periódico rosarino de mayor tirada. Las formas más directas de compatibilizar críticamente ambos datos (la realización de una importante campaña publicitaria y, trascartón, la interrupción definitiva de la edificación de casas) son dos: una, pensar en un rotundo fracaso de la campaña publicitaria; otra, que entre un hecho y otro se produzca un abrupto cambio de política de Field Argentina. No contando con documentos o testimonios de agentes directos de la Empresa, el camino es el análisis de ciertos datos históricos que rodean al hecho que estudiamos para evaluar la sustentabilidad de ambas hipótesis

“Entre 1945 y 1971 la tasa de inflación de la Argentina promedió el 25% anual.
Con un pico menor de 3,8% en 1954, durante el peronismo, y uno mayor, excepcional, del 113% en 1959. Luego, entre 1971 y 1973, el promedio se elevó al 60%, debido, entre otras cosas, a la incidencia de la suba internacional del precio de la carne, un producto clave de exportación.16 Con todo, entre 1964 y 1974 se registraron 10 años de crecimiento continuo del PBI, con tasas que llegaron a alcanzar picos de entre el 8 y el 10%. Inflación sin crecimiento (o con caída del PBI) sólo hubo en 6 de los treinta años que mencionamos”

Una revisión histórica de la inflación argentina y de sus causas
Mario Rapoport

“Llegado 1968 el control político y militar de la dictadura se extiende a todos los ámbitos de la sociedad. Las fuerzas policiales reprimen tanto a militantes de izquierda y sindicalistas combativos, como a artistas de vanguardia y jóvenes que no encajan en el modelo pretendido por el sistema. Al descontento político generado por la dictadura, también se suma la impopularidad de sus medidas económicas, que tienden a privilegiar a los capitales más concentrados en detrimento de los sectores asalariados y las pequeñas empresas”

Gabriel Di Meglio y otros / Sociedad y cultura de los ‘60
Historia de un país / Canal Encuentro

Dos películas distintas? No necesariamente. El estudio de Rapoport sobre la evolución de la inflación argentina muestra como la década del ’60 ofreció una realidad bastante estable en ese aspecto, manteniendo siempre índices entre el 15 y el 30% anual. En ese sentido, las sí variables condiciones políticas argentinas (nunca desde 1952 y por más de 30 años un presidente electo democráticamente pudo terminar su mandato) no implicaron una alteración importante de las variables económicas “macro” y el contexto en el que se desenvolvía el sector empresario no podía calificarse de desfavorable. Esta estabilidad económica y con crecimiento del PBI desde 1964 en adelante no permite pensar en una interrupción de la edificación del barrio por un cambio de “reglas de juego” sufrido por Field Argentina por el enrarecido clima político. Es más: el reparo que había tomado la Empresa en ese sentido (una indexación semestral de la cuota hipotecaria y del saldo deudor de acuerdo al aumento del costo de vida con una tasa que podía elevarse hasta el 30% anual) (1) la ponía totalmente a cubierto de una desvalorización de los ingresos mensuales por cuotas respecto a los costos de las nuevas construcciones. Desde ese punto de vista, el negocio estaba a salvo

A los que no les cerraba tanto era a los compradores, tanto a los efectivos como a los potenciales. Ya desde 1967 la flamante Comisión Vecinal comenzó a gestionar oponiéndose al sistema indexatorio: si la inflación  se disparaba por encima de un 20% anual, el régimen podría ser para ellos suicida. Y en este caso sí jugaba un rol importante lo político, ya que un gobierno de facto aliado con los grupos económicos dominantes y enfrentado con buena parte de los populares era un amenaza respecto del mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios. Como es lógico, esta realidad repercutía en forma negativa sobre los nuevos interesados, quienes lógicamente con más de dos años de iniciado el Barrio se informaban de su marcha y de la experiencia de sus habitantes

Pero había más. Cuenta Liernur (2): “En este contexto en la Argentina se creó en 1961 el Fondo Federal para la Vivienda y en 1962 comenzó el Plan Federal para la Vivienda; la Caja Federal de Ahorro y Préstamo para la vivienda en 1963; la Secretaría de Estado de Planeamiento y Vivenda en 1965; el Plan de Erradicación de Villas de Emergencia (PEVE) en 1967; el Plan Viviendas Económicas Argentinas (VEA) en 1968 . . .” De esa forma, los rosarinos vieron a partir de 1964 como se erigían conjuntos de viviendas económicas (a veces individuales, otras en edificios de departamentos) como Las Heras, Huertas Familiares, Benito Juárez, Las Flores Sur, Pellegrini e Iriondo y a continuación todos los conjuntos que integran ese enorme conglomerado en torno a la Avenida Grandoli. Aún tratándose de ofertas diferentes en ubicación, modo de acceso, tipos edilicios, calidad constructiva y demás (y quizás ofrecidas  a un grupo socioeconómico diferente) el hecho novedoso y original que significó el desembarco  de Field entre el ’61 y el ’62 contaba ahora a un poderoso competidor en el Estado, quien proporcionaba una financiación mucho más benévola. Factor, aunque parcial, de peso considerable. La pelota quedó del lado de Field Argentina, quien no modificó nunca sus condiciones y prefirió que la cadena se cortase, antes que modificarlas con aquellos vecinos y con los que en adelante se interesaran

Lo paradójico de este proceso es que el “contexto” del que nos habla Liernur (recortado deliberadamente de la cita) no era otro que la mención a la Alianza para el Progreso, la que había originado “políticas de organización y financiación de alcance continental”. Obviamente, aquella millonaria inversión del Estado en viviendas no había nacido de un repollo. Lo quizás no tan obvio para Field Argentina fue que aquel pacto político internacional que le dio origen fuera también, en parte, el que colaboró para que aquel emprendimiento no llegara a completarse en feliz término

2 comentarios:

  1. (Por cuestiones "estéticas" -digamos- pensé en no poner referencias con notas en este blog; y así lo hice en los posteos anteriores. Directamente las citas iban con su autor y listo. Pero en este posteo eran varias y me pareció que iba a quedar muy cargado, así que aquí dejo las notas correspondientes:

    (1)Información extraída de CAPRINI, Elda / Parquefield-20 años de historia / Ediciones Plateadas / Rosario, 1986

    (2) LIERNUR, Jorge Francisco / Arquitectura en la Argentina del siglo XX - La construcción de la modernidad / Fondo Nacional de las Artes / Buenos Aires, 2008

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  2. Cabe destacar también, dentro de la información vertida por Elda Caprini, ciertos vicios de construcción y otras dificultades que aparecen en las casas hacia ese 1968, como "grietas en las paredes, caída de revoques, filtraciones de agua por fisuras, levantamiento de pisos plásticos, y escasa aislación térmica y acústica"; como también cierta "indefensión" (eso lo digo yo) generada por la ausencia de escuelas y otros equipamientos comunitarios, transporte público, servicios de gas y teléfono y similares. Todo esto pudo haber contribuido también negativamente respecto de los posibles interesados ya entrados algunos años del inicio de la construcción del Barrio

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