
Discurso de John F. Kennedy ante Roberto Alemann, Ministro de Economía argentino /1961
El libro “Parquefield – 20 años de historia” de Elda Caprini aporta interesantísimos datos sobre la génesis económica del Barrio. Describe que “esta urbanización nace a impulso del programa denominado “Alianza para el Progreso”, plan creado por el Presidente John Fitzgerald Kennedy”, como también que “para cuya financiación el Chase Manhattan Bank otorgaba un crédito siete millones y medio de dólares con la garantía de la Agencia para el Desarrollo Internacional (A.I.D.) del gobierno de los Estados Unidos, a 20 años de plazo y con interés para el inversor del 5,25% anual. Los intereses remesados al exterior se encontrarían exentos del impuesto a los réditos para evitar mayores costos a los futuros compradores”. Y agrega: “Por su parte, Field Argentina gozaría de una serie de franquicias acordes con el profundo sentido social que tiene el barrio económico obrero, tales como la exención y desgravaciones en impuestos en el orden nacional, provincial y municipal, hasta la cesión de terrenos públicos ya mencionada”
Desde la mirada “Proyectos de país” que propone este blog, estos datos constituyen apenas la minúscula punta de un iceberg. Iceberg de complejas relaciones que van de lo local a lo geopolítico y de lo meramente económico a lo ideológico. De todas formas, sin pretender abordar en profundidad a la política interna y externa de Argentina de inicios de los ’60 (tarea que excede a este trabajo y a este autor), los datos de Caprini posibilitan al menos ver un poco más allá de ellos mismos, ya que nos hablan de Parquefield como un importante emprendimiento realizado a partir de la coincidencia de intereses de los gobiernos de dos países. Es por demás de evidente que, cuando se habla de créditos a 20 años con garantía del gobierno americano, exenciones de impuestos, desgravaciones y cesiones de terrenos públicos (mientras se invoca, por ej, el “profundo sentido social” cosa que sería al menos discutible) debe deducirse que la llegada de Field a nuestro país se produjo no como un hecho aislado sino dentro del marco de un acuerdo mucho más amplio de voluntades políticas de los presidentes de Argentina y Estados Unidos, que no eran otros que Arturo Frondizi y John Kennedy, respectivamente
Frondizi asumió la presidencia en 1958, en el retorno a la democracia luego del gobierno militar que había derrocado a Juan Perón; proscripto éste y su partido, ambos líderes hicieron un acuerdo estratégico que incluyó la recomendación de Perón a sus seguidores para que votaran a Frondizi. Con relativo poder político propio entonces y en el medio de múltiples presiones del exterior (en el mundo de la Guerra Fría ) y del interior (de militares, grupos económicos, trabajadores, estudiantes, la Iglesia , su partido y el propio justicialismo) inicia una política económica comúnmente conocida como “desarrollista”. En pocas palabras, así dice al respecto el trabajo de CEMA (Cisneros, Escudé y otros) “Historia General de las Relaciones Exteriores en Argentina”:
“Las tesis desarrollistas eran varias. En primer lugar, se concebía al capital extranjero como el elemento dinamizador del desarrollo, debidamente orientado por el estado en beneficio de los intereses nacionales, de manera que la antinomia entre capital externo y nacionalismo económico dejara de tener sentido. Las condiciones de acumulación e inversión insuficientes provocaban en los países subdesarrollados la ausencia del capital necesario para la instalación de las industrias básicas y la construcción de las obras de infraestructura. De esta manera, el capital extranjero debía contribuir al desarrollo de la explotación petrolera, la siderurgia, la energía eléctrica, la petroquímica, etc.”
Casi tres años más tarde Kennedy es electo presidente. Como si el marco de

(Carta del Presidente Frondizi al Presidente Kennedy / 1961)
Frondizi fue derrocado en 1962 por una coalición cívico-militar. Las interpretaciones del porqué son múltiples: para frenar un temido y quizás inexorable regreso del peronismo (principalmente después del triunfo de varios candidatos peronistas en las elecciones provinciales de ese año), por la preocupación frente a un “guiño” gubernamental a la izquierda luego de ser descubierta la reunión secreta del presidente con el Che Guevara, por la afectación con sus políticas de intereses económicos de ciertos grupos de poder, o, en definitiva, por la suma de todo aquello. En definitiva, no era un líder confiable para el “stablishment” local
Kennedy fue asesinado en marzo de 1963. No hace falta decir que fue uno de los hechos trágicos más conmovedores y a la vez enigmáticos del siglo XX
Sin embargo, bastó lo que fue una efímera coincidencia política y estratégica entre dos gobiernos para que, en el contexto de otros “acuerdos macro”, emprendimientos como Parque Field se pusieran en marcha. Aún caídos ambos presidentes, esa chispa inicial fue suficiente para que la construcción del Barrio sea ya irreversible