El objetivo de este blog es mostrar una serie de estudios, reflexiones e interpretaciones respecto a un caso sumamente específico de la evolución urbana y edilicia de la ciudad de Rosario: la intervención arquitectónica de la empresa Field Argentina y su sucesora Field Construcciones en la zona noroeste de dicha ciudad plasmada en tres conjuntos de vivienda construidos entre 1962 y 1980 (Parque Field, Barrio Rucci, Parque Field 2). Y, tal como dice su título, es mi intención plantear al menos como hipótesis las múltiples y complejas relaciones que se producen entre las diversas escalas que atañen a dichos conjuntos, desde el más elemental hecho constructivo hasta los trascendentales sucesos acaecidos en esas décadas tan significativas para nuestro país y el mundo todo

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lunes, 24 de septiembre de 2012

11/ Un cambio de época

“Art 12: En caso de que Field Argentina SACIC y F no hubiere construido la totalidad de las viviendas en el plazo previsto en el art 10, deberá reintegrar a la Municipalidad, en proporción a lo no edificado, los importes que ésta haya invertido para la provisión de los servicios a que se alude en el artículo 8 con más un interés del 12% anual a contar desde el día en que la Municipalidad efectuó la inversión”

Ordenanza 1599 / Remodelación de urbanización a favor de Field Argentina SACIC y F
Del Diario de Sesiones del CC.DD. de Rosario / 30-01-1962

“Un plazo de setecientos sesenta días laborables” es el fijado en el art. 10, lo que equivale prácticamente a tres años. Viene bien entonces repasar las fechas de nuestra historia: 1961 es el año del acuerdo con Echesortu y Casas (anterior dueño de los terrenos) y del desembarco publicitario en Rosario; rápidamente a inicios del ‘62 se aprueba la urbanización. De allí en más un extenso período de gestión (mientras se producen las primeras ventas) hasta desembocar en el inicio de la construcción en 1965. Por lo tanto, una simple suma nos pone rápidamente en contexto: la nueva arremetida propagandística de “Quién vive?” de 1968 en La Capital de la que hablamos en “Pioneros del acierto” está cargada por el apremio del cumplimiento de aquel plazo y unas ventas seguramente inferiores a los esperado: 665 sobre un total de 1133 implicaba que un 41,33% era el porcentaje de lotes en los que no se había edificado y que, indefectiblemente, debería aplicarse a la devolución de lo invertido por la Municipalidad. Una considerable suma de dinero que Field Argentina seguramente no tenía en sus cálculos desembolsar

De todas maneras, por más que tenía pleno derecho, la Municipalidad no apremió hasta varios años después a Field Argentina por este incumplimiento. Es más: al decir de Elda Caprini “por insistentes pedidos de esta Asociación la Municipalidad de Rosario intimó a la Empresa Constructora al cumplimiento de la parte dispositiva de la ordenanza 1599/62 relacionada con la terminación del Barrio”, refiriéndose a la “Comisión de Defensa Propietarios de Parquefield” creada en agosto de 1971. Un aparentemente inexplicable letargo del estado comunal el que una vez pisado entrados los ’70 fue sacudido por la presión de los vecinos iniciando una demanda judicial que obligó a la constructora a obrar según lo pactado

 “El 28 de abril de 1970 el comandante en jefe del ejército Lanusse envió un memorándum al presidente Onganía, expresando las inquietudes de los altos mandos del ejército. Presentaba un tono crítico del cuadro general de la situación argentina, y señalaba el fracaso de la política económica, cuyos resultados se traducían en “la quiebra de la paz social, el quebrantamiento de la pequeña y mediana industria; la desnacionalización de empresas netamente argentinas; el sometimiento del país a intereses financieros extranjeros; la crisis de la empresa agraria y el estancamiento del desarrollo del país”. El memorándum mencionaba también la “orientación antinacional en el campo económico, que no deja de impactar a grandes sectores de la opinión”

C.E.M.A. (Cisneros, Escudé y colaboradores) / Historia general de las relaciones exteriores de la República Argentina

Si nos abstrajéramos de otras consideraciones concentrándonos en la argumentación del memorándum de Lanusse (una airada queja al presidente de facto nada menos que del comandante de la fuerza que lo había colocado en ese lugar, es decir, de su factor de legitimación en el cargo) y usáramos conceptos y lenguaje de hoy, podríamos decir que Lanusse estaba “corriendo por izquierda” a Onganía: defender “la paz social”, “la pequeña y mediana industria”,la empresa agraria” y “el desarrollo del país” y, más que nada, criticar “la desnacionalización de empresas netamente argentinas”, “el sometimiento del país a intereses financieros extranjeros” y “la orientación antinacional en el campo económico” . . . bueno, no es precisamente el discurso habitual imperante en los grupos militares y civiles afines que participaron en los golpes de Estado de esos tiempos, ni mucho menos el de Onganía y sus ministros, precisamente. El conflicto de poder tardó poco tiempo en terminar de exteriorizarse: ante la explícita falta de apoyo del Ejército, el presidente relevó a Lanusse de su cargo de comandante en jefe. Éste no sólo no aceptó el relevo sino que, junto a sus colegas de la Marina y la Armada, resolvió destituir a Onganía, eligiendo en su lugar al Gral Levingstone. Éste no llegó a cumplir un año en el cargo que, superado por la crítica situación, fue nuevamente destituido dando paso como presidente al propio Lanusse, aún sin renunciar al mando superior de su fuerza
  
“Lanusse !
Marmota !
Perón va a venir
cuando le canten las pelotas !

(Cántico de simpatizantes peronistas replicándole al Presidente de facto de la Argentina quien expresó que a Perón “no le daba el cuero” para volver al país - 1972)

Iniciados los ’70, el devenir de nuestra acotada historia local ingresa un período de turbulencias en forma paralela a los grandes acontecimientos de la política nacional. Aún arriesgando forzar las interpretaciones de hechos de naturaleza y escalas completamente diferentes se puede esbozar que, así como la Municipalidad de Rosario inició acciones concretas en defensa de sus intereses y de los vecinos de Parque Field por el trabajo y la presión de éstos mismos, las Fuerzas Armadas, visibilizadas en la conducción de Alejandro Lanusse, fueron compelidas a encaminarse a una progresiva transición entre los años más duros del gobierno de Onganía, tanto a nivel político como socioeconómico, a un viraje que posibilitara el acceso para el país nuevamente al sistema democrático debido el clima de movilización, militancia política y en definitiva descontento y resistencia de importantes sectores de la sociedad argentina. Ya al año siguiente de asumida la presidencia por Lanusse se producía la convocatoria a elecciones y la asunción del nuevo gobierno

Rucci recibiendo a Perón a su regreso al país (17-11-72)

Mientras en lo nacional se producía el retorno del peronismo al poder (con Cámpora en la presidencia primero y el propio Perón inmediatamente después), en Rosario, Field, con la construcción paralizada hace años, los vecinos levantados en su contra con índices cada vez mayores de rebeldía en pago de cuotas y con un juicio inexorablemente perdido con la Municipalidad, vendería casi media urbanización (el sector norte, todavía sin intervenir) a la CGT Rosario. Pero la alicaída Field Argentina no se retiraría de la escena, todo lo contrario: se reconvertiría en la pujante Field Construcciones, proyectista y ejecutora de (entre otros) el nuevo emprendimiento de la CGT Rosario de 2040 viviendas, escuelas, centros asistencial y comerciales y demás equipamientos financiado por el Banco Hipotecario Nacional en los terrenos recientemente adquiridos a Field. El mencionado conjunto llevaría el nombre de “Barrio Obrero José Ignacio Rucci” como homenaje a quien fue  secretario general de la CGT nacional entre el ’70 y el ’73 hasta que fue asesinado a balazos víctima del clima de violencia política imperante en esos años

Signos de lo que hoy llamamos un cambio de época