El objetivo de este blog es mostrar una serie de estudios, reflexiones e interpretaciones respecto a un caso sumamente específico de la evolución urbana y edilicia de la ciudad de Rosario: la intervención arquitectónica de la empresa Field Argentina y su sucesora Field Construcciones en la zona noroeste de dicha ciudad plasmada en tres conjuntos de vivienda construidos entre 1962 y 1980 (Parque Field, Barrio Rucci, Parque Field 2). Y, tal como dice su título, es mi intención plantear al menos como hipótesis las múltiples y complejas relaciones que se producen entre las diversas escalas que atañen a dichos conjuntos, desde el más elemental hecho constructivo hasta los trascendentales sucesos acaecidos en esas décadas tan significativas para nuestro país y el mundo todo

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martes, 21 de junio de 2011

1/ Una historia de jarrones


“Antes,
una estatuilla del siglo IV era una pieza invalorable
para todos los museos, todos los bancos
Las tenían todas guardadas porque valen una bola de mosca
Y qué era ?
Era un jarrón !

No servía para nada
Estaba en el Louvre
Desapareció el Louvre, desapareció todo
Explotaron las bombas, no quedó nada
Quizás hemos sobrevivido


Una locomotora . . .
Es la fucking Gioconda !”

Luis Alberto Spinetta
Improvisación al interpretar “Yo quiero ver un tren”









La cita (obviamente extradisciplinar) tiene como marco una canción en la que su autor, situado en el futuro en un hipotético planeta desolado y destruido por las bombas (“la neutrónica ya explotó y muy pocos pudimos zafar / ahora el mundo no tiene ni agua”), solo quiere “ver un tren”, expresando así poéticamente la pérdida de todo lo cotidiano. Eso que encierra un significado y un sentido no descubierto ni valorado hasta el momento en que se lo pierde

Dentro del escenario de la arquitectura rosarina los conjuntos Parque Field, Barrio Rucci y Parque Field 2, proyectados y construidos por Field Argentina SA entrre 1962 y 1980, son seguramente actores de reparto. Conjuntos de viviendas repetitivas y a gran escala como existen tantos en la ciudad (ubicados en su periferia en su amplísima mayoría) que, siendo operaciones muy distintas entre sí, sin embargo una lectura no muy exhaustiva nos revela que priman en todas ellas diversas variables (de costos, comercialización, inmobiliarias, constructivas, etc) por encima de búsquedas formales o espaciales que tengan que ver con la “alta arquitectura”, si vale la expresión. O sea que cualquiera de ellos, desde una visión que privilegie la calidad de los proyectos edilicios o urbanos, podría ser considerado “un jarrón” que “no servía para nada”

Creo que rescatar estas obras y construir a partir de ellas una historia no es un gesto nostálgico, nireivindicador de ningún tipo de causa o de postura arquitectónica. Si tiene que ver con entender que dichas obras tienen una estrechísima relación con el contexto de tiempo y lugar en el que fueron construidas y que, por lo tanto, nos permiten desandar las lógicas formales y extraformales que hay en ellas, establecer relaciones entre ellas mismas y otras obras de Rosario y reflexionar críticamente sobre los proyectos de vivienda, de ciudad y de país que representan. Tareas que son el objetivo de este blog y que, lógicamente, quedan abiertas al juicio y al aporte enriquecedor de las miradas de los lectores

Esta historia, si se quiere, no es una “gran historia”. Pero es una de las tantas posibles, desde miciudad y su arquitectura. Original, interesante, jugosa y auténticamente rosarina. Y entiendo que, en ese sentido, merece ser construida

(Y luego, obviamente, contada)

4 comentarios:

  1. Aplaudo la iniciativa de difusión de tu trabajo. Exitos en la continuidad de este proyecto. Reflexionar sobre lo próximo, lo cotidiano, lo de aquí tal vez nos permita entendernos mejor como sociedad y poder actuar con sabiduría sin recetas prestadas.

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  2. Grande, Ricardo . . . Muchas gracias !!!
    Y bueno sí, en eso andamos, no? Valorando lo próximo, que nos interesa y nos atrae y que guarda una riqueza muchas veces no explorada. Así que hay mucho por hacer
    Gracias de nuevo por dejar tus palabras. Abrazo

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  3. La canción del maestro Luisito dice así:

    Yo nunca me imaginé
    regresar a mis tiempos de niño
    Nunca me expliqué por que
    nunca vi un tren

    La neutrónica ya explotó
    y muy pocos pudimos zafar,
    ahora el mundo no tiene
    ni agua

    La mañana me encuentra
    caminando en la nada.
    Vías muertas de un expreso
    que quedó en el pasado

    Confundido por el fuego verde
    que confluye desde el mar
    La materia disuelta flota
    en la atmósfera sin sol

    La neutrónica ya explotó
    y muy pocos pudimos zafar
    Ahora el mundo no tiene
    ni agua

    La mañana me encuentra
    sospechando en el aire (contaminado)
    Vías muertas de un expreso
    que quedó en el pasado

    Señor . . . señor, ey!

    Yo quiero ver un tren,
    llévame a ver un tren . . .

    Yo quiero ver un tren,
    no los recuerdo

    Yo quiero ver un tren

    (Y, cuando tenga un rato, busco y transcribo ciertas explicaciones de Spinetta que tengo en la biblioteca

    Ah! Por si alguien no se percata, el video donde recita "la fucking Gioconda" tiene un enlace que puse en la entrada. Cliqueás y lo ves)

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  4. Allá por 2008 escribí un "Prólogo" a lo que pensaba que iba a ser el libro de este "Proyectos . . ."; después la cosa durmió un tiempo y finalmente el año pasado repasé lo escrito, le hice alguna pequeña modificación y salió la primer entrada de este blog

    Hoy, 4 años después, recuerdo mis sentimientos contradictorios respecto al hecho de abrir un libro de Historia de la Arquitectura con una cita y, mejor aún, en base a un concepto de Luis Alberto Spinetta. Por un lado me parecía que a ciertos lectores más habituados a lo específico y especializado del área le podía significar un despropósito, o una vanidad. Recuerdo haberles mostrado el escrito a algunos colegas profesores . . . y nadie me decía algo que yo tomara como contundente. Más tarde, mi amigo Horacio me bancó con cierta aprobación; y eso fue como tranquilizador: el Flaco se mantenía firme, abriendo mi trabajo

    Porque, más allá de mis dudas, yo admiraba (y admiro) rabiosamente a Spinetta. Como músico, como poeta y como persona. Viví décadas escuchando sus discos, yendo a sus recitales, leyendo sus entrevistas . . . Creo que es uno de los grandes artistas argentinos del siglo XX, y XXI, sino el más. Obviamente, varios (no demasiados) han tenido un brillo, un talento y una conducta equiparables. Igual, más allá de una valoración "objetiva", si fuera posible, él pasó a ser una persona importante en mi vida. Y listo

    Ayer el Flaco falleció. Yo estoy triste y conmovido, pero fundamentalmente agradecido a su vida y a su obra. Y me da orgullo también que este pequeño blog arranque con palabras suyas

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